El atril, comenzó a utilizarse como apoyo para leer en voz alta en las iglesias de hace siglos. Hoy en día, se ha convertido en uno de los elementos más funcionales e indispensables para espacios de trabajo como salas de conferencias, auditorios y oficinas.
Tipos de atriles:
1. Atriles de suelo:
Son el tipo de atriles que tienen un pie y un soporte sobre éste en el que quién habla se apoya. Sus dimensiones hacen que la persona que se encuentra detrás se vea solamente del pecho hacia arriba y por lo tanto permiten concentrar toda la atención en lo que ésta está diciendo. Incorporan una base donde se puede colocar un ordenador o notas de apoyo para el discurso que se hace.
Son los más utilizados para conferencias y otros eventos en los que se tiene un público sentado justo enfrente del atril.
Permiten al orador tener a la vista el material de su presentación, bien sean un libro, unas notas, un portátil o un reloj para respetar los tiempos y mantener un ritmo vivo en la presentación, charla o conferencia.
Sirven para focalizar la atención de los asistentes. Cuando hacemos una presentación corporativa a veces necesitamos que los asistentes a la reunión se centren en el ponente sin distracciones.
Consiguen que el orador se sienta más cómodo. El llamado miedo escénico que sufren muchos oradores puede arruinar el mejor proyecto, ¿verdad? En este sentido también los atriles pueden resultar de gran utilidad en las organizaciones ya que no solo sirven de apoyo para esas manos inquietas que pueden delatar nuestro nerviosismo, también funciona como una especie de pantalla que separa al orador de su público haciendo que psicológicamente se sienta más cómodo y seguro.
2. Atriles de mesa:
Los atriles de mesa están pensados para colocarse con el conferencista del evento sentado. Generalmente, se colocan en mesas de espacios para conferencias y reuniones, pero también son útiles a la hora de utilizarlos como un elemento para tu oficina.
Los atriles de mesa se convierten en elementos ergonómicos y funcionales tan importantes como las sillas o los escritorios ya que:
Facilitan que la persona que trabaja ante una pantalla mantenga la mirada en un plano cómodo sin que tenga que forzar su cuello o espalda.
Mejoran la rapidez y productividad a la hora de ejecutar tareas de creación y alimentación de bases de datos, informes, tablas de resultados, etc.
Permiten organizar mejor el escritorio ya que en los atriles se pueden apoyar tanto libros o informes que necesites consultar, como un computador que te sirva de apoyo a la hora de ejecutar una tarea.
3. Atriles apilables:
Son especialmente útiles para lugares en los que el espacio del que se dispone es realmente pequeño o es también muy utilizado en espacios en los que se llevan a cabo actividades de diversos tipos y por lo tanto se requiera de un atril que se adapte a cada una de las circunstancias.
Los atriles apilables funcionan por módulos, y estos módulos se pueden ir apilando para lograr un resultado más alto o más bajo.
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